Jerez de la Frontera es una ciudad con una rica historia y cultura, y los churros de La Churrería Manuel son una parte fundamental de esta identidad. Desde sus inicios, los churros han sido un elemento presente en las celebraciones y festividades locales, formando parte de las tradiciones más arraigadas.
Cada churro que se sirve en esta churrería es un tributo a esa historia, una muestra de respeto y amor por las raíces de Jerez y su gente. Es por eso que, más allá de un simple manjar, cada bocado es un viaje en el tiempo, una conexión con el pasado que se renueva día tras día.
Para realizar los mejores churros, utilizamos los mejores ingredientes, como: harina, sal, agua y aceite. La mejor harina para hacer churros es la harina de fuerza al 75% extracción, es la que se utiliza normalmente para panaderías. Después de freír los churros es muy importante escurrirlos bien sobre una rejilla y que expulsen el sobrante de aceite. Si no se consumen inmediatamente (que no es nuestro caso) es importantes mantenerlos en un espacio hermético para que se mantengan secos y crujientes.
Ubicada en el corazón de Jerez de la Frontera, la churrería es un lugar acogedor que evoca la esencia de la tradición andaluza. Desde el momento en que se cruza la puerta, el aroma embriagador de los churros recién hechos envuelve a los visitantes, invitándolos a unirse a la experiencia culinaria más auténtica. El encanto del local no solo reside en sus churros, sino también en la decoración que combina lo antiguo con lo moderno. Las paredes cuentan la historia de la churrería y de Jerez, adornadas con fotografías antiguas y toques artísticos que crean una atmósfera única.
Joan Roca del Restaurante Roca